Luisi Vélez, realismo social y onírico

DEIA Sábado, 17 de Junio de 1989

Luisi Vélez (Donostia, 1949) es una pintora que vive en uno de los pàtios más castizos del donostiarra barrio del Antiguo. El viejo patio Matía, hoy denominado “Istingorra” determina e influye, con su soledad e intimidad, su gozo y su alboroto, en gran parte de su pintura. Una pintura abierta a diversas sugerencias, siempre reales, unas más cercanas, otras más soñadas y oníricas. Una pintura que surge siempre de la intimidad personal, de la soledad en la que se debate esta mujer-pintora empeñada en pintar lo que de verdad ama y le gusta.

En el antiguo patio Matía la pintora vivió una postguerra dura y sombría, abierta a los sueños juveniles de países lejanos llenos de jóvenes hermosos y de triunfos artísticos. Por allí, también en Suecia, la realidad es más dura y aristada de como la pintan. La artista vuelve a refugiarse en los seres más queridos, en los paisajes reales de su Donostia, surgen así su “Muchacha ante la playa”, su “Mujer abandonada con niño”, o su “Mujer con gatos y restos de pescado”. Realismo simbólico, tierno, sencillo y melancólico que desemboca en otro de corte más social y comprometido: “Hombre ante la ventana”, “Obreros y protestas”, “Las tres gracias ciegas”. O también ese otro realismo más sutil y onírico: “Paella con lirios”, “Druidas con joven negro”, “Adán y Eva”, “Señora con cesta de frutas”, “Arlequín”. Reflexiones plásticas todas ellas sobre la condición humana, transparencias y plasmaciones del alma del artista.

A la artista, en este caso, parece interesarle todo, es una curiosa profunda de sí misma y de la vida de cuantos la rodean en su comunidad y en la ciudad en la que habita. La artista sigue empeñada en seguir plasmando en imágenes la realidad soñada o vivida. Su técnica y sus repertorios iconográficos van mejorando en calidad día a día.

Edorta Kortadi

Caja Laboral. Zarautz, 3-25 de Junio